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El laberinto a la protección

El primer día del último mes del año 2021 recibí la primera dosis de la vacuna Pfizer contra COVID-19. Fue una experiencia tan surreal, llena de sensaciones específicas que espero plasmar en estas líneas mientras describo el proceso de mi laberinto a la protección. Al llegar a la sede de vacunación masiva para adolescentes, la primera imagen que se me vino a la mente fue como si estuviera en el último centro de acopio en un apocalipsis zombie. Así de distópico lo sentí. Mientras caminaba por la fila interminable para ingresar al estacionamiento designado como sede, no pensaba en algo específico, estaba tan alerta que mis pensamientos solo estorbaban mis sentidos. Tras haber superado la entrada al estacionamiento, la fila en la que iba se tornó en un laberinto. Había decenas, quizá cientos, de personas que daban vueltas en forma de zig-zag guiados alrededor de diversas cintas atadas improvisadamente que trazaban el camino al lugar prometido.   Cada paso que daba me acercaba a la

Sosiego

Aquí les dejo un poema que escribí hace tiempo. Vuelvo a tomar el papel. Esta vez siento que la lluvia ha parado, por fin veo el sol. No quiero se nuble otra vez.   Salí de la tormenta. Las gotas ya no corren por mi cara, Espero que no lo hagan más… Mucho tiempo estuve empapada.   Tal vez la incertidumbre nunca cese, pero estando en este mundo ¿Qué se puede saber? Día a día es una hazaña.   Sigo anhelando el día en que todo cambie, pero estando en mi tormenta aprendí: Que mi presente es el que corre e inevitablemente llegará…   Mientras... Me imagino en un campo soleado Corriendo libre   por el pasto Viendo aquel gran paraíso Donde la sombra se extinguió Y la chispa resurgió.

La ilusión de comenzar de nuevo

Un nuevo año comenzó y con él miles de propósitos y sueños alrededor del mundo surgen para poder hacerse realidad durante todo el transcurso de los nuevos 365 días que inician -y sí, yo me incluyo dentro de todos esos nacientes propósitos-. Mis planes de este año fueron diferentes -debo admitirlo- porque por primera vez en mi vida yo  estaba en esos propósitos, a diferencia de otros años en los que solamente me concentraba en las cosas que me pasarían o en los eventos que inevitablemente llegarían; este año pensé en mí. Aprendí que si yo no estoy bien, entonces las cosas que haga tal vez no salgan bien y por eso mismo priorizo mi bienestar y mi salud.  Creo que esto es algo que poco a poco “nos llega” a todos o como yo lo llamaría “una ola de realismo” es decir, ese momento en el que te das cuenta de todo y comienzas a ser consciente que estás viviendo día con día, tomando decisiones, pensando, eligiendo... y que a largo plazo cada acción que tomes, imborrablemente, deja su result

Ensueños

Me imagino en la ciudad, poder caminar sola por las calles con mis amigas, ir a un parque y echar relajo... supongo que nunca lo viviré o tal vez sí, pero no lo sé.  Vivo en un mundo incierto siendo adolescente, ¡agh!, ya sé.  Pero en realidad siendo adolescente todo es incierto, no solo el mundo que cada vez se vuelve más loco y si, loco, loco.  Créanme, sobreviví el año 2020 - el año del "agasajo del universo" lo calificaría yo - pero no solo lo sobreviví sino que aprendí muchas cosas, tal vez más de las que me hubiera imaginado y más de las que me hubiera gustado vivir, algunos lo llamarían madurar -pero que suerte la mía de "madurar" en este año tan abrumador- Regresando al punto inicial, por eso todo es incierto, nunca se sabe que va a pasar; yo solía decir que lo único de lo que podía tener control y conocimiento era de mi misma pero me doy cuenta que hasta cierto punto no es cierto porque no sé cómo voy a reaccionar a las cosas o no sé qué impacto van a te